miércoles, 2 de febrero de 2011

Tí.

Fui a casa de Annie, a contarle lo maravilloso que es Mario, lo que me quiere, las cosas tan bonitas que me dice, los planes de futuro que tenemos, la sonrisa tan perfecta que tiene, esos ojos que me llevan a un mundo paralelo.
- Ey, ey, ey, ey. Para el carro mona. ¿De que vas? ¡No lo conoces! ¿Que sabes de él? ¡NADA! Mira no se bien porque pero esto no me da buena espina.
-¡Annie! No me lo puedo creer. ¿Que clase de amiga eres? ¿Eso es lo que piensas? Pues perfecto.
Me dolió, me dolieron sus palabras, su desconfianza, su frialdad, me dolió que no me apoyara y me dolió que en realidad ella tenía razón.
-Hey.. no te enfades..
Tarde, ya me había ido. Cogí el metro a casa de Mario, no sabia si estaría en casa, no sabía cuantos años tenía ese hombre que sin duda era mayor que yo. No sabía nada de él, bueno si. Sabia donde vivia, eso ya era algo.. Llegue a su casa, llamé al portero del cual me contesto una voz femenina, Mario estaba ocupado.
-No, Mario para mi no está ocupado. Dile que soy Tif.
-No, no lo siento cielo, pero Mario esta ocupado.
Le grité como una loca, Mario no podía estar ocupado, ahora no. No podía hacerme esto. Le necesitaba.
-Mira lo siento niña, pero tiene que trabajar y eso es lo primero, cuando seas mayor lo entenderás.
Aun no me creó lo que me dijo esa mujer, me trato como una cría. Pero.. ¿quien era esa mujer? ¿que hacía Mario con otra?Ah claro.. tal vez solo fui un pasatiempo, un capricho. Un seño de mediana edad se tira a una chica joven, típico. ¿No?

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